jueves, 13 de diciembre de 2018

el uso de la meica alopatica

 NATURALEZA DE LA MEDICINA ALOPÁTICA 
Algunos autores la definen como; medicina científica, alopática, oficial, académica, biomedicina, hegemónica, industrial, cosmopolita, entre otros nombres. Desde su nacimiento en la Europa del Siglo XV y durante su desarrollo y consolidación en el Siglo XIX, ha ido subordinando a las medicinas tradicionales de las diversas sociedades contemporáneas y modernas; ha llegado a verse como la medicina encargada de liberar al ser humano, médico o paciente, de la antigua medicina. Pero más importante y trascendental que lo anterior, esta medicina tecnificada convertida en una relación social, supedita a los sujetos, y se transforma en un trabajo médico social, deja de ser un trabajo médico natural, genera la producción del supuesto "verdadero" conocimiento médico y de ahí se desprende que considere que cualquier otro conocimiento médico sea falso. La medicina alopática es propia de las sociedades cosmopolitas y se ha liberado de su supeditación a la Naturaleza, ha perdido igualmente su carácter localista para poder llamarse cosmopolita y universal. Pero esta medicina universal de la sociedad industrial, elemento históricamente conformado, tiene un acondicionamiento activo y total con lo social. Sin embargo, puesto que las relaciones sociales, económicas y políticas se generalizaron y universalizaron también, esta medicina única y exclusivamente puede existir y desarrollarse en la sociedad industrial. De cualquier manera, la medicina cosmopolita no excluye por completo a la naturaleza aunque su participación en los medicamentos se realiza en una forma socialmente transformada y no en forma directa. 
En otras palabras la relación de la medicina con la Naturaleza se convierte en un tipo de relación social, no en una relación natural como sería en los casos del médico herbolario, brujo o chaman; en la medicina cosmopolita sus componentes todos se relacionan ahora por lazos de una actividad que se realiza de manera conjunta. La medicina oficial llamada Alopatía y las medicinas alternativas como la Homeopatía y la Acupuntura, usan estímulos para hacer reaccionar las fuerzas naturales del organismo, que en definitiva es quien siempre cura la enfermedad. Ningún tipo de medicina tiene el poder de curar por sus procedimientos. Todas ellas usan las fuerzas curativas del organismo, estimulándolas de maneras principales: 
1-Por estímulos reaccionantes; comprende la Medicina Alopática, la Homeopàtica, la Acupuntura y la Herboristería. 
2-Por dietas equilibrantes; comprende el Vegetarianismo, el Naturismo, la Macrobiótica y decenas de otras dietas, incluso una dieta llamada antidieta Las dos estimulan las defensas pero con distinta intensidad. En la primera fase el estímulo es leve y suele ser lo más aplicado. En la segunda fase el estímulo es contundente, llegando a los presiones musculares, inyecciones de sustancias que van directamente a la sangre, injertos, extirpaciones por cirugía, sustitución de órganos y extremidades, dietas totales, prohibitivas y los aislamientos totales. En la tercera fase la medicina alopática ha practicado la Eutanasia de manera legal disimulada. Es decir ha dado muerte por inyección a ciertos pacientes por su aparente incurabilidad. En todas las familias se tiene conocimiento de algún familiar fallecido en esas circunstancias. Ese asesinato podrá haber sido decidido por el médico, por la familia o por enfermeros que han decidido por sí o por pedido que esos pacientes no debían sufrir más, y los han matado con drogas muy fuertes o por remedios contraindicados, alegando luego desconocimiento de cuales eran esas contraindicaciones. 
Ha habido casos de eutanasia colectiva por paramédicos o enfermeras que luego han sido penados por la ley, pero no han sido penados médicos que han ordenado tal acción, o no llega a los medios y al público. La Eutanasia ha sido practicada con amplitud en el siglo **, pero en sus dos últimas décadas ha surgido en EEUU un tal Doctor de la Muerte, llamado Kevorkián, cuya especialidad es el de dar muerte a pedido de sus pacientes. Esto se viene sabiendo desde hace más de una década. La ley que ha sido un cómplice de la Eutanasia por casi un siglo, ahora no tiene elementos legales para penar a Kevorkián, demostrando su incapacidad o debilidad para ello. Creo que ha llegado el momento de reivindicar los preceptos cristianos de no decidir la muerte del prójimo, aún cuando sea el prójimo el que decide morir.

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